martes, 3 de noviembre de 2015

En la sala de espera

Estar en la salita de espera de una oficina médica es definitivamente una experiencia religiosa.  Antes de que el doctor especialista (persona que ha dedicado años de estudio a su especialidad) te vea, ya en sala tienes 3 o mas posibles diagnósticos, con proyección en meses, días y años... Waaaaaooooooo.  Quedo impresionada con todos los médicos sin licencia que hay en la calle.
  Sales hasta con la receta en medicamentos originales o bioequivalentes por que también tienes la conversión y si no pues también tienes la receta de medicina natural y donde conseguir los ingredientes que básicamente pudiera ser un "road trip" por toda la isla.  Estoy impactada, anonadada e impresionada de tanto "conocimiento".  Me faltó ver la operación en vivo, porque la explicación de una masectomia bilateral total la tuve, como la de otra serie de procedimientos.  Cabe aclarar que en esa amena conversación en el cual estuve de expectadora (muy difícil para mi) no había ningún profesional médico, meros pacientes trabajadores de oficinas y escuelas.   Ahh interesante detalle, como lo se??  Por que luego de tales explicaciones medicas, la salita se volvió una sala de interrogatorios, en donde ninguno era oficial de la Policía o agencia que requiera estos servicios.  Pregunta desde el nombre, lugar de trabajo, edad, años de servicio, como te tratan tus compañeros de trabajo, en fin un sin número de preguntas a las que tenías que contestar obligatoriamente o te reformulaban la pregunta para que la contestaras.  He estado en diferentes oficinas médicas pero hoy fue mejor que ir al cine.  Escuche sobre heroes y villanos, historias de amor y odio, alegrias y tristezas con lujo de detalles, en fin, casi como leer un libro.

sábado, 20 de junio de 2015

El problema de hacer favores es que el día que no lo haces, tú eres el malo...

    ¡El mundo conspira en mi contra!, ¿porque siempre me pasan estas cosas a mi?, nadie me ayuda, todo el mundo me da la espalda... cuando mas los necesito nunca están...
Expresiones que he escuchado con frecuencia últimamente. Lo que me lleva a pensar, ¿será verdad que el universo conspira en contra de uno, que nadie nos ayuda, que todo lo malo me pasa a mí, etc.?

     También he leído por las redes sociales memes que dicen: “siempre los ayudas y cuando no puedes una sola vez, entonces eres el malo”.
Lo que me lleva a reflexionar nuevamente, ¿sera posible que nadie nos de la mano?
Bueno, creo que hay cosas que nos pasan inesperadamente y sin saber porque y nunca entenderemos porque; se que hay cosas que nos pasan lo queramos admitir o no, por que nos las buscamos, y creo que echarle la culpa a los demás es mas fácil que aceptar nuestros errores.

     Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos dicho alguna de estas frases u otras que no están aquí, pero, que llevan el mismo mensaje. Tenemos que hacer una introspección (mirarnos a nosotros por dentro) y ver que estamos haciendo mal, porque óyeme, la macacoa no puede ser duradera... “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo sostenga”, dice un refrán popular.

     También hay otros refranes populares como: “cría cuervos y te sacaran los ojos”, “no muerdas la mano que te da de comer”. Digo esto porque, que mucho nos quejamos, que cuando mas te necesite no estuviste ahí. Óigame, y las mil cuchucientas veces que se te dio la mano, ¿esas no cuentan? ¿Esas son selectivamente olvidadas? 

     Tengo que recordar que las personas que nos ayudan lo hacen por que quieren, no porque estén obligadas y si en un momento (el cual consideramos difícil) no estuvieron ahí por la razón que sea, es porque llego el momento de crecer solos, si SOLOS!! Porque nadie puede ir por la vida resolviéndole los problemas a los demás. Tal vez ese es nuestro problema, que nos acostumbramos a que haya alguien siempre ahí. 

     Tenemos que adquirir madurez, comprender que toda acción tiene una consecuencia. Posiblemente esa persona que “te dejo solo y te dio la espalda” te aconsejo miles de veces y no supiste escuchar, trato de ayudarte y no te dejaste... y ahora como los cuervos, tratando de sacarle los ojos porque no estuvo en un momento, un momento en donde debías crecer solo.

     ¿Te has preguntado cuantas veces esa persona te necesito y tú no estuviste ahí? Porque volteaste tu mirada a otro lugar, ya que no podías tan siquiera imaginar ser tu estar en esa situación. Cuantas veces pidió tu ayuda y tú no lo “pudiste” ayudar. Que en momentos de su dificultad que conocías a la perfección no hiciste nada. Porque fuiste tan egoísta y pensaste solo en ti y te dijiste que se resuelva solo(a). Te has preguntado, ¿a cuantas personas les diste la espalda cuando mas te necesitaban? 
     Imagino que esa pregunta nunca te las has hecho. Pero piensa, te podría sorprender tu respuesta.  Debemos mirarnos a nosotros mismos y evaluarnos como padre, madre, hijo(a), hermano(a), primo(a), abuelos(as), en fin como persona; Antes de ir por ahí quejándonos de todo lo malo que nos pasa, de quien me ayudo en tal momento y quien no.

     Tenemos que evaluar nuestro comportamiento ya que muchas veces es nuestro comportamiento, es el que nos lleva a situaciones en las cuales no hubiésemos querido estar. Pero ese yoísmo (yo primero, yo segundo y yo tercero) que no nos permite mirar mas allá de nuestra propia nariz.



     Tal vez y solo tal vez, en ese momento que comencemos aceptar nuestros errores y dejemos de echarle culpas a los demás, culpas que nos pertenecen y no tenemos el coraje de aceptar. Seremos mejores seres humanos y nuestra sociedad comenzará a cambiar de un egoísmo eterno al humanismo que una vez logre ver. Somos humanos por ende no somos seres perfectos, es mas fácil señalar que ver nuestros errores, pero corrigiendo nuestros errores no tenemos necesidad de señalar a los demás...